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Martín Rivas, copiapino, hijo de José
Rivas, de familia empobrecida por malos negocios, se traslada a Santiago, por
la muerte de su padre, a casa de Dámaso Encina, quien había hecho buenos
negocios con su padre José.
En Santiago, Martín planea estudiar leyes
en el Instituto Nacional. Allí conoce a quien será su compañero de vida, Rafael
San Luis, de familia empobrecida también, pero con un tío que lo acompaña y
apoya, Pedro San Luis.
Papel
notorio en esta trama, desempeña una familia “de medio pelo” de apellido Molina
Cordero, quien en diversas formas se van ligando con los personajes
principales.
De forma más secundaria aparecen las esposas
de Encina y Elías, relegadas en sus opiniones y pensamientos por el desplazado
rol de la mujer en la sociedad de la época. También Agustín, el hijo
“afrancesado" de Dámaso; Pedro San Luís, tío de Rafael, que posee tierras
y las arrienda; y Simón Arenal, acreedor de Fidel Elías, quienes en ciertos
momentos participan de la trama central.
Los hechos ocurren en Santiago y se van
relatando casi día a día y con gran cantidad de detalles, pero sin dejar de
estar relacionado con las cuitas amorosas de las dos parejas centrales, en las
que se hacen ver claramente, el orgullo, las diferencias sociales, el afán por
el dinero y una visión romántica de la vida.
El amor de Martín nacido a primera vista,
por Leonor, se ve entorpecido por su conciencia de pobreza y de vivir allegado
y también por el marcado orgullo de ella frente a los que no pertenecen a su
clase. Pasó mucho tiempo para que Leonor se diera cuenta que, a pesar de la
timidez y clase social de Martín, era un hombre leal con sus amigos,
inteligente y fiel. El mismo tiempo fue necesario para que ella se diera cuenta
que era su orgullo el que impedía su capacidad de amar.
En el caso de Rafael San Luís, la familia
Elías lo recibe como pretendiente de su hija, pero cuando el padre de Rafael
empobrece, la familia lo rechaza, a pesar del amor de Matilde Elías por él.
Para pasar sus penas, Rafael visita a los Molina Cordero. Tiene un hijo con
Adelaida Molina, y con la complicidad de Amador, su hermano, queda en manos de
una tía en Renca. Así nadie sospecharía la situación.
A la familia Molina Cordero también llegan
Agustín Encina y Martín Rivas, los cuales también tendrán líos amorosos.
Rafael logra volver a ser recibido en casa
de los Elías, con el ofrecimiento del arriendo del fundo “El Roble” a Fidel
Elías, a cambio de poder ver a su hija Matilde.
Viven un breve tiempo feliz, hasta que,
enterada doña Bernarda Cordero de Molina del hijo de Rafael con su hija
Adelaida, va a casa de los Elías y les cuenta la historia mostrándoles la
evidencia (el hijo). Sería el término de la corta relación de Matilde y Rafael.
Luego de eso, Rafael se dedica a las actividades
políticas, dentro de la Sociedad de la Igualdad y junto con Martín, participan
en la Revolución de Abril de 1851, en la que es herido de muerte.
La trama culmina con esta Revolución fallida
por parte de la Sociedad de la Igualdad. Martín, que el día anterior, había
escrito a Leonor expresándole sus sentimientos, huye a casa de Dámaso, Matilde
lo recibe y por primera vez dejan sus diferencias y declaran su mutuo amor. La
misma tarde, Martín es detenido con la intervención de Amador y Castaño
(enamorado de Edelmira; consideraba a Martín como rival). Condenado a muerte,
por revolucionario, logra huir gracias a los esfuerzos de Leonor y su familia y
el paradójico e interesado apoyo de Amador y Castaño. Rol muy importante
desempeña Edelmira que para convencer a Castaño de liberar a Martín, acepta ser
su esposa.
El
desenlace deja a casi todos tranquilos: Martín se casará con Leonor; Matilde,
cuyo amado falleció, se casará con su primo Agustín Encina; Edelmira Molina
Cordero se casa con Castaño; Adelaida Molina Cordero encuentra marido en un
vendedor de comercio; Amador vive huyendo de sus acreedores; Dámaso sigue
soñando con un cargo político... Y la vida sigue el lento curso de los
acontecimientos del s. XIX.
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